martes, 13 de septiembre de 2011

La cultura por la defensa de la enseñanza pública madrileña

No me entusiasman los manifiestos, aunque he firmado unos cuantos a lo largo de mi vida e incluso he intervenido en la redacción de alguno. Como mostraba Adan Kovacsics en un memorable libro, Guerra y lenguaje, tanto en el periodismo como en la propaganda y la retórica política yace un peligro para el lenguaje, para su propia capacidad de abrir espacios, de crear mundo.
Sin embargo, la gravísima situación que está atravesando la educación pública en nuestro país, en especial en la comunidad madrileña, me hace sentirme en la obligación de difundir este texto. Sobre todo, cuando por parte del gobierno regional se está lanzando un día sí y otro también todo tipo de calumnias e insultos contra el trabajo de los docentes y de sus protestas (muy en la línea del populismo de la señora Aguirre y de su equipo, cuyo desconocimiento sobre el funcionamiento de la escuela pública causa sonrojo e indignación a partes iguales).


LA CULTURA POR LA DEFENSA DE LA ENSEÑANZA PÚBLICA DE LA COMUNIDAD DE MADRID



A TODA LA CIUDADANÍA DE NUESTRA COMUNIDAD




Como profesionales del mundo de la cultura y como ciudadanos que trabajamos y vivimos en la Comunidad de Madrid, los abajo firmantes queremos expresar nuestra preocupación y nuestro más decidido rechazo ante los drásticos recortes que, con la excusa de la crisis, está llevando a cabo el gobierno regional en la educación pública y que se concretan en las instrucciones para el curso 2011-12. La educación y la cultura no deben ser realidades separadas: ambas siempre han sido, y son, la garantía de una sociedad plural, democrática, participativa y crítica, y por ende libre. Una educación pública de calidad constituye una conquista irrenunciable de nuestra democracia, sin la que difícilmente puede hablarse de justicia social y menos aún de igualdad de oportunidades. Una educación de todos y para todos es un pilar básico para el crecimiento personal de cada individuo así como para el desarrollo de un país en su conjunto. Por todo ello, resulta especialmente preocupante el modelo que quiere imponer el gobierno regional, que tiende a crear guetos y a profundizar la brecha de las desigualdades económicas y sociales.


Si bien los recortes se han presentado a los madrileños como una consecuencia indeseable pero inevitable de la crisis económica, lo cierto es que se enmarca en la política de sustracción de recursos a la escuela pública que ha llevado a cabo durante años la presidenta Esperanza Aguirre en beneficio de la escuela privada-concertada. El gobierno regional ha decidido ahora recortar drásticamente las plantillas de los centros públicos, que verán reducido su cupo en el curso que comienza en 3000 profesores (lo que se suma a los recortes de años pasados, unos 5000 en total, según estimaciones de los sindicatos de docentes). Mientras los recursos en Primaria e Infantil siguen siendo insuficientes y no se garantiza el mantenimiento a largo plazo de programas fundamentales como la Compensatoria y las Aulas de Enlace, el ajuste presupuestario supone un importante número de docentes menos no sólo en la ESO y en el Bachillerato, sino asimismo en la Formación Profesional, las Enseñanzas Artísticas y las Escuelas Oficiales de Idiomas. La decisión impulsada por la Consejera de Educación Lucía Figar, sin tener en cuenta la opinión de los sectores afectados, no va precisamente en apoyo de la calidad de la enseñanza y desde luego dista mucho de esa excelencia en educación que reclama para sí la Consejería. Los primeros perjudicados son los alumnos, que en muchos casos no sólo no contarán con horas de tutoría, sino que también en no pocos centros verán cómo desaparecen horas de laboratorio y desdobles en asignaturas como Lengua, Matemáticas e Inglés.

El reajuste va a suponer que un buen número de profesores va a engrosar las ya de por sí abultadas listas del paro, mientras muchos otros docentes se verán desplazados de sus centros de destino. Mientras el Gobierno de la Comunidad malgasta el dinero en costosas e inútiles campañas publicitarias de fomento del respeto al profesor, con medidas como éstas demuestra todo su desprecio a la meritoria labor que llevan a cabo los docentes que trabajan en la escuela pública así como a su alumnado. La mejor forma de garantizar el respeto a los profesores es dotarles de los medios necesarios y asegurarles unas condiciones dignas de trabajo. La educación, y mucho menos la educación pública, no es un lujo del que se pueda prescindir en época de crisis: es, por el contrario, una oportunidad de futuro y una garantía de cohesión social y de salud democrática. La enseñanza pública constituye, en definitiva, una de las bases fundamentales del estado social, democrático y de derecho, y si la atacamos, estamos minando la democracia misma y lesionando gravemente el derecho que todo ciudadano tiene a recibir una EDUCACIÓN DIGNA y DE CALIDAD.

Por todo ello, mostramos nuestra solidaridad con toda la comunidad educativa afectada del sector público en Madrid y nuestro apoyo a sus movilizaciones, así como también nuestro más rotundo rechazo a las citadas instrucciones, que deben ser retiradas de inmediato.

¡NO A LAS INSTRUCCIONES para el curso 2011-12 en la Comunidad de Madrid!



¡Por una EDUCACIÓN PÚBLICA DE CALIDAD y de VERDADERA EXCELENCIA DE TODOS y PARA TODOS!


Aquí puede apoyarse el manifiesto y ver las firmas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡¡Yo apoyo la huelga de los profes!!

http://aceleraciondelahistoria.wordpress.com/

J.Luis Gómez Toré dijo...

Gracias por tu apoyo y bienvenida a esta bitácora.
Un saludo,
José Luis